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12 Mientras los hombres de Israel estaban persiguiendo y arrasando al enemigo, Josué ordenó: «Sol, deténte sobre Gabaón y, luna, permanece quieta en el valle de Ayalón».

13 Y el sol y la luna no se movieron hasta que los israelitas acabaron de destruir a sus enemigos. Esto está escrito con gran detalle en el libro de Jaser. El sol se detuvo en los cielos y permaneció quieto casi veinticuatro horas. 14 Nunca había ocurrido antes ni jamás ha vuelto a ocurrir, que el Señor haya detenido el sol y la luna en respuesta a la voz de un hombre. El Señor estaba peleando por Israel.

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